Frente al escaso interés que los centros de estudio del país, quizas debido a que la elección instrumental de las mayorías gira entorno a lo popular o folclórico, la flauta dulce quedó relegada a un segundo plano, al punto que no existe un bachillerato artístico que incluya al instrumento (como es el caso de nuestro país vecino, Brasil), ni tampoco una cátedra en nuestra casa mayor de estudios: la universidad de la república.
Este emprendimiento nació con la humilde intención de llenar este vacío, dándole el papel principal a la reina de los vientos que suenan: la flauta dulce.
El Castillo de la Flauta Dulce cuenta con una biblioteca sin precedentes en el Uruguay, dedicada 99% a la flauta dulce, abarcando desde partituras, métodos, y otros, tales como una sección con libros de cuentos en los que la flauta participa o es protagonista.
Asimismo se elaboró una ropería que es incluída en varias oportunidades en las presentaciones en público, dando una pincelada teátrica, ya sea vistiendo a sus músicos acorde a la época tanto como a un eventual grupo de danza que acompaña las obras ejecutadas.
Las edades no existen; tanto niños como jóvenes y adultos son bienvenidos
